La seguridad para nuestros bebés es muy importante y por ello buscar los mejores mordedores para bebés hechos con caucho 100% natural extraído de los árboles de Hevea.
Los mordedores naturales para bebés con resinas naturales son productos ecológicos, que normalmente están realizados a mano y se pintan con pigmentos alimentarios, de esta forma son 100% seguros para los niños más pequeños.
Además el uso de caucho natural proporciona una textura suave, unido a formas que permite una fácil sujeción del mordedor para que la experiencia de los bebés sea completa a la vez que alivias las molestias de sus nuevos dientes de leche.
Árbol de caucho para mordedores de bebés
La Hevea brasiliensis también es conocido comúnmente como el árbol del caucho, shiringa, seringueira o jacio del Orinoco. Este árbol pertenece a la familia de las euforbiáceas de 20 a 30 metros de altura, incluso hay ejemplares excepcionales de 45 metros.
Cuenta con un tronco recto y cilíndrico de 30 a 60 centímetros de diámetro, con una madera blanca y liviana. Las hojas son compuestas trifoliadas, alternas, de 16 cm de longitud, por 6 a 7 cm de ancho; deja caer parcialmente las hojas durante la estación seca, antes de lo cual las hojas de la copa del árbol se tornan de color rojizo. Las flores son pequeñas y reunidas en amplias panículas. Frutos: produce desde los 4 años, cada uno de los cuales es una gran cápsula de 4 cm de diámetro que se abre en valvas, con semillas ricas en aceite.
Su látex es blanco o amarillento y abundante hasta los 25 años de edad del árbol. Siendo una de sus utilidades más interesante la creación de mordedores ecológicos para bebés.
Para extraer el caucho se «sangra» el tronco con incisiones angulares en forma de V. Este látex contiene 30 a 36% de hidrocarburo del caucho, 0,5% de cenizas, 1,5% de proteínas, 2% de resina y 0,5% de quebrachitol. El caucho también puede obtenerse del látex de otros árboles del género Hevea (v.g. H. guianensis Aubl. 1775 y H. pauciflora Müll.Arg. 1865).
El árbol de caucho es original de la cuenca hidrográfica del río Amazonas, donde existía de forma abundante y con exclusividad, lo que provocó en su momento la «fiebre del caucho», generando mucha riqueza para empresarios que lo explotaron, hoy no es exclusivo de la zona.
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